miércoles, 26 de diciembre de 2012

Receta de Rape con setas

Receta muy fácil y rápida, apropiada para el otoño, por la cantidad y variedad de setas que éste nos ofrece.
Para dos personas vamos a necesitar:

  • 4 colas de rape
  • 200 ml de nata
  • 400 gr de setas aprox.
  • 1 cebolla pequeña.
  • 4 a 5 dientes de ajo.
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Pimienta blanca
  • Perejil.
  • Pimentón dulce



Lo primero que tenemos que hacer es precalentar el horno a unos 180º-200º. Salamos el pescado, lo pintamos con una brocha con aceite de oliva y lo colocamos en una bandeja de horno. Lo tendremos unos quince minutos, hasta que esté hecho y se separe la raspa/hueso central.


Lavamos las setas. Nosotros hemos utilizado setas de cardo cultivadas (Pleurotus Ostreatus) y champiñones, pero podemos usar las que más nos guste o bien las que tengamos a mano...


Cortamos la cebolla y el ajo. Lo sofreímos en una sartén con un chorro de aceite, cuando la cebolla esté transparente añadimos las setas cortadas y dejamos que se cocine todo junto.
Cuando estén cocinadas las setas añadimos la nata y dejamos reducir la salsa. Salpimentamos.


Colocamos el rape en un plato, echamos la salsa por encima y decoramos con perejil y pimentón.


¡Buen provecho!



jueves, 20 de diciembre de 2012

Blas de Lezo - La heroica defensa de Cartagena de Indias


En esta segunda entrada dedicada al heroico almirante Blas de Lezo, nos vamos a ocupar del sitio de Cartagena de Indias, una de las mayores gestas militares y de pundonor de la historia, y como decíamos en la primera parte de la biografía de Blas de Lezo, injustamente olvidada por la historia española, olvidada por la acción de los Borbones que durante este siglo y el siguiente, se encargaron de hundir el imperio español.




Salió con su flota el 3 de febrero de 1737, llegando a Cartagena de Indias el 11 de marzo, quedando de comandante general de aquel apostadero, tan importante para la defensa del mar de las Antillas.

Cuando llegó a Cartagena, ya declarada la guerra de la oreja de Jenkins contra Inglaterra, llegaron informaciones de una amplia concentración de fuerzas inglesas en Jamaica.

Del 13 de marzo al 20 de mayo de 1741, tuvo lugar La batalla de Cartagena de Indias, entre las armadas española e inglesa. Esta batalla fue decisiva para el desenlace final de la Guerra de la Oreja de Jenkins(1739–1748), uno de los conflictos armados entre el España y Gran Bretaña ocurridos durante el siglo XVIII.

Esta nueva Armada Invencible de 195 navíos, era mayor que la de Felipe II, y la segunda más grande de todos los tiempos, después de la armada aliada que desembarcó en Normandía en la II guerra Mundial . El ejército inglés, comandado por el almirante Edward Vernon, trató de invadir Cartagena de Indias con 32.000 soldados y 3.000 piezas de artillería. Cartagena estaba defendida por 3.600 soldados y 6 navíos españoles. Inglaterra estaba tan segura de su victoria que el rey inglés mandó acuñar monedas celebrando su triunfo, en las que se leía "la arrogancia española humillada por el almirante Vernon y los héroes británicos tomaron Cartagena, abril 1, 1741 "(engreidos estos ingleses, eh?)!! en ellas aparecía Blas de Lezo representado de rodillas entregando su espada al almirante Vernon, eso sí, un Lezo muy completito con todas sus piernas, brazos y posiblemente ojos para que no se viera que habían "vencido" a un tullido.



La victoria de las fuerzas españolas, al mando del teniente general de la Armada Blas de Lezo, prolongó la supremacía militar española en el Atlántico occidental hasta el siglo XIX.

Inglaterra organizó una formación de guerra formidable. Preparó y armó una magnífica flota de 195 navíos entre buques de guerra y transporte, la flota más grande jamás vista hasta la armada aliada del desembarco de Normandía. La flota se puso rumbo a Cartagena de Indias, para tomarla al asalto, era el gran objetivo de los ingleses.

Entre las tropas inglesas estaba el hermanastro de Jorge Washington, el futuro presidente norteamericano, que dirigía un grupo de 4.000 milicianos americanos que iban a participara en la toma de la ciudad.

Junto con los 195 navíos, viajaban 11.000 soldados de asalto, 15.000 marineros, los 4.000 milicianos americanos y 2.000 macheteros negros jamaicanos. Los macheros serían la vanguardia, la carne de cañón de la Gran Bretaña en su intento de conquistar Cartagena de Indias. Importante resaltar que los ingleses eran los mejores artilleros del momento y que iban a contar, en sus buques, con 3.000 piezas de artillería. Inglaterra iba a atacar con lo mejor que tenía en su armada de guerra, en material y personal de asalto, estaba determinada a la victoria y desplazar a España de su Imperio Americano.


En aquellos días, Blas de Lezo era el responsable de la defensa de la ciudad. Cartagena de Indias contaba con unas magníficas fortalezas y castillos que protegían la ciudad. Las fuerzas defensoras eran pocas. Lezo disponía de 3.000 soldados del ejército regular español, reforzados con 600 arqueros indios del interior y unas 1.000 piezas de artillería. Esto es todo con lo que se contaba para asegurar que Cartagena de Indias pudiera seguir siendo española durante los próximos años.

Para el desenlace final de la batalla, resultó decisiva la eficacia de los servicios de inteligencia españoles, que consiguieron infiltrar espías en la Corte Londinense y en el Cuartel General del almirante Vernon. El plan general inglés así como el proyecto táctico de la toma de Cartagena de Indias fueron conocidos de antemano en las Cortes Españolas y por Blas de Lezo. Se dispuso de tiempo suficiente para reaccionar y adelantarse a los acontecimientos.

El virrey Eslava, jefe político y militar del Virreinato, tenía confianza de que el almirante Torres llegaría a tiempo a Cartagena para atacar a Vernon por la retaguardia, pues la flota española estaba anclada en La Habana a la espera de la llegada de la flota inglesa. Pero Torres nunca llegó a Cartagena .......

Cartagena no se iba a rendir y Blas de Lezo se decido por la resistencia a ultranza de la ciudad y organizó los recursos disponibles para este objetivo.

El sabía que tenía pocos recursos, pero aún así pretendía aguantar y resistir con todo lo que tenía. Los 6 navíos disponibles fueron hundidos por los españoles para impedir el movimiento fácil de los barcos enemigos por la bocana del puerto. Antes de hundir los navíos, Blas de Lezo, ordenó desmontar los cañones de las 6 naves y situarlas estratégicamente rodeando la ciudad; las colocó en posiciones claves para.





La gran bahía de Cartagena está dividida en dos bahías naturales con problemas defensivos muy diferentes: la Bahía Exterior limitada por la península de Bocagrande, continente, y las islas de Tierrabomba, Barú y Manzanillo; y la Bahía Interiorcon el puerto colonial, cerrada también por Bocagrande, continente, y por las islas de Manzanillo y Manga.

El 17 de marzo de 1640, naufragan en la Bocagrande la nave capitana y los galeones Buensuceso y Concepción, de la armada comandada por Rodrigo Lobo da Silva. Los cascos hundidos sirvieron de núcleo colector de arena lo que aceleró la formación de la barra, dificultando la navegación en 1741.

Después de 1640, las mareas profundizan de manera natural el canal de Bocachica cuyo fondo era de barro. Con un ligero dragado, los más pesados galeones y naves de guerra iniciaron su tránsito entre Barú y Tierrabomba, modificando radicalmente todo el sistema defensivo de la bahía de Cartagena. En 1741, el canal de Bocachica sería el adecuado para los navíos de guerra ingleses de tres puentes.

El 13 de marzo de 1741 la imponente flota del almirante Edward Vernon llegaba a la bahía de Cartagena. Vernon ordenó las maniobras oportunas para que las naves inglesas situaran sus flancos frente a las defensas de Cartagena.

15 de marzo, llegan los primeros buques ingleses a Playa Grande y dos días después fondearon sobre la misma playa 195 navíos, pertenecientes a las tres escuadras, comandadas por el almirante Vernon, contra-almirante Chaloner-Ogle y el capitán en jefe Lestock.

19 de marzo, los ingleses continúan sin disparar y estudian el campo de operaciones. Algún pequeño intento de desembarco frustrado por la Boquilla sin relevancia.

20 de marzo, toda la armada inglesa queda anclada en la Punta de Hicacos, muy cerca del puerto de Cartagena; donde estaban los buques españoles Dragón y el Conquistador que impedían el paso a la bahía interior de Cartagena por Bocagrande



Ante la imposibilidad de entrar por Bocagrande, Lestock, al frente de 12 navíos ponen rumbo a Bocachica. Durante la travesía disparan contra la batería de Santiago que disponía de 11 cañones cuyo comandante , el capitán de fragata Lorenzo Alderete, también era el responsable de la batería de San Felipe de Bocachica, con 5 cañones. Fracasaron en su intento de romper el cerco de Bocachica y se mantuvieron disparando contra el castillo de San Felipe de Bocachica.



Noche del 5 al 6 de abril, Blas de Lezo sitúa los buques Dragón y Conquistador entre los canales del Castillo Grande y Manzanillo con intención de hundirlos para impedir el paso de los navíos ingleses por la entrada de Bocagrande.

Como parte fundamental de la defensa de Cartagena se planificó el hundimiento de los barcos cuando fuera oportuno, para dificultar la maniobra de la flota inglesa. Se incendió el San Felipe, y se disparó desde el san Carlos nueve cañonazos al África para hundirle en la bocana de entrada. Pero los encargados de disparar desde el San Felipe, fueron capturados por la imposibilidad de abandonar el barco antes de que llegasen los ingleses.

La situación empeoraba para los españoles, y los soldados del fuerte de San José fueron evacuados en pequeñas embarcaciones al castillo Grande y posteriormente a Cartagena.

11 de abril, los ingleses toman el castillo de santa Cruz que previamente había sido abandonado.

El 13 de abril a las 9 de la mañana, comenzó el asedio de la ciudad con continuos bombardeos. Simultáneamente otra escuadra asediaba al fuerte Manzanillo. La situación empezaba a ser desesperada para los españoles, les faltaban alimentos y el enemigo no daba tregua.

Iban pasado los días, y el cañoneo inglés no cesaba, era intenso y continuo, mañana, tarde, noche, mañana ... pero la moral de las tropas españolas estaban a la altura de las defensas de la ciudad, se mantenía intacta y no terminaba de debilitarse.

Cartagena de Indias fue severamente castigada por la artillería naval inglesa. Pero las defensas seguían soportando todo lo que les llegaba desde los barcos ingleses. Vernon estimó que los españoles resistiría dos o tres días más, no era posible pensar que tan pocos pudieran resistir el empuje y fuego de tantos. Los españoles tenían orden de resistir hasta el final no se les permitía ni un paso atrás, habían clavado la bandera e iban a morir allí, defendiendo la ciudad hasta el final.

16 de abril, 4 de la mañana, Vernon decidió que se tomaría Cartagena de Indias al asalto, más de 10.000 hombres desembarcaron por la costa de Jefar, los macheteros jamaicanos, los milicianos americanos y las fuerzas regulares inglesas.

Pero las sucesivas ofensivas inglesas se encontraron con trincheras inexpugnables así como con los mosquetes y bayonetas españolas.

El 17 de abril, la infantería británica, toman el alto de Popa, a un kilómetro del castillo de San Felipe , auténtico baluarte español en el Caribe.

Blas de Lezo tomó tres decisiones que fueron decisivas para el desenlace final de la batalla. Mandó excavar un foso en torno al castillo para que las escalas inglesas se quedasen cortas al intentar tomarlo. Ordenó cavar una trinchera en zigzag, evitando que los cañones ingleses se acercasen demasiado. Les envió dos “desertores” que engañaron y llevaron a la tropa inglesa hasta un flanco de la muralla bien protegido, donde serían masacrados sin piedad.




Asalto definitivo al castillo de San Felipe de Barajas

La noche del 19 al 20 de abril se produjo el definitivo asalto al castillo de San Felipe. Tras una potente preparación artillera desde un buque de 60 cañones y bombardas. Vernon intentó asaltar el castillo con unos 10.200 hombres de infantería, organizados en tres columnas, apoyados por los negros macheteros jamaicanos. En frente tenía la batería de San Lázaro de propio castillo de San Felipe y 1.000 hombres muy motivados.

La sorpresa fue mayúscula, cuando los ingleses comprobaron que sus escalas eran demasiado cortas y no podían escalar las murallas del castillo. Las tropas inglesas no podían atacar ni huir debido al peso del equipo. Aprovechando esta circunstancia, los españoles abrieron fuego contra los británicos, produciéndose una carnicería sin precedentes.

Los ingleses no pudieron escalar las murallas pero al amanecer, se encontraron con las bayonetas de unos trescientos soldados de los tercios españoles que saltaban sobre ellos desde sus trincheras. Fue una masacre:

“…rechazados al fusil por mas de una hora y después de salido el Sol en un fuego continuo y biendo los enemigos la ninguna esperanza de su intento (…) se pusieron en bergonzosa fuga al berse fatigados de los Nuestros los que cansados de escopetearles se abanzaron a bayoneta calada siguiendolos hasta quasi su campo…”

El error del castillo de San Felipe desmoralizó a los ingleses. El orgulloso y engreído Sir Andrew Vernon había sido incapaz de vencer a unos pocos harapientos españoles capitaneados por un anciano tuerto, manco y cojo.

El pánico se apoderó de los ingleses, rompieron sus líneas de combate y huyeron despavoridos tras la última carga española hacia sus barcos para protegerse de la furia de la infantería de los tercios.

Desde el 22 al 25 de abril, decrecieron los enfrentamientos. El 26 los ingleses volvieron a bombardear la ciudad.

El 9 de mayo, Vernon asumió que era completamente imposible que sus tropas pudieran tomar al asalto la fortaleza de Cartagena de Indias, los disparos de las tropas españolas era una resistencia insalvable para sus fuerzas. Vernon ordenó la retirada, levantar el asedio y volver a Jamaica. Había fracasado estrepitosamente. Tan sólo acertó a pronunciar, entre dientes, una frase: “God damn you, Lezo!”.

Vernon envío de una última carta a Lezo: “Hemos decidido retirarnos, pero para volver pronto a esta plaza, después de reforzarnos en Jamaica”. A lo que Lezo respondió con ironía: “Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque esta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres.”

Fueron tantas las bajas inglesas, que tuvieron que abandonar numerosos barcos y hundirlos allí mismo por falta de recursos para poderlos gobernar en la mar, no les quedaban suficientes marineros.

Hasta el 20 de mayo estuvieron saliendo embarcaciones inglesas de Cartagena. El último en abandonar el sitio fue Lestock. De los 195 buques se contaron en la retirada 186.

Los ingleses tuvieron 9.500 muertos, 7.500 heridos, perdieron 1.500 cañones y perdieron 50 naves.

Los españoles sufrieron 800 muertos, 1.200 heridos y perdieron 6 naves. Los fuertes de Bocachica, Castillo Grande y Manzanillo quedaron totalmente destruidas.

Esto fue un horror para los ingleses, quedaron completamente humillados. La mayor operación de la Royal Navy hasta el momento se saldó también como la mayor derrota de su historia.

A Inglaterra habían llegado noticias erróneas, la información aseguraba que la victoria en Cartagena se había consumado. Vernon , había mandado un correo al rey inglés asegurando que había logrado la victoria, lo que generó una euforia en su país. Pero para su desgracia, lo que consiguió en realidad fue la mayor y más humillante derrota de toda la historia de la Royal Navy, pues perdió 50 naves y 11.000 hombres a manos de una guarnición compuesta por sólo 6 barcos y 3.600 defensores españoles dirigidos por el Almirante español Blas de Lezo. En vista de las falsas buenas noticias remitidas por Vernon, el rey Jorge II ordenó se elaboraran medallas conmemorativas de la supuesta victoria. En las medallas se representaba a un Blas de Lezo, entero y completo con dos brazos, dos piernas, arrodillado ante Vernon. Hubo celebraciones y fiestas basadas en una gran mentira, vamos que se lo pasaron bien durante algunos días; hasta que llegó la verdadera noticia, anunciando la humillante derrota de Vernon antes Blas de Lezo; la realidad heló sus sonrisas.

La humillación fue tal que el rey Jorge II ordenó a los historiadores ingleses no se escribiera nada de la derrota; y los historiadores ingleses son hegemónicos, lo que ellos no publican no existe. Y como los historiadores no escribieron nada sobre Cartagena de Indias, esta batalla fue injustamente ocultada para la historia.

Muy pocos españoles han oído hablar de la guerra de la Oreja de Jenkins, en la que los británicos sufrieron quizás, la vergüenza más grande de su historia. La mayoría de españoles de hoy en día no se sienten orgullosos de serlo, mientras a los ingleses les sale el orgullo por las orejas. Sin embargo, algunos ingleses perdieron sus “orejas” por culpa de su derrota ante los españoles.



miércoles, 19 de diciembre de 2012

Blas de Lezo - Sus comienzos y sus campañas en el Mediterráneo (1689 - 1736)


Este artículo es un homenaje a unos de los héroes de la historia de España, que injustamente no es muy recordado por sus compatriotas, cuando durante su vida realizó cantidad de proezas militares dignas de ser recordadas, siendo la mas significativa la defensa de Cartagena de Indias en la actual Colombia y antigua provincia de Nueva Granada. Siendo de mención que jamás perdió una batalla.






Su historia es épica desde el comienzo de su vida, este guipuzcoano nacido en Pasajes era descendiente de una saga familiar de ilustres marinos, en una población como Pasajes en la que la vida era el mar casi en exclusiva. Su carrera militar comienza en la armada francesa, al servicio de los borbones franceses, en esa época aliados de España, es con tan sólo doce años cuando forma parte de esta armada en calidad de guardiamarina.

En plena guerra de sucesión, en el 1704 se produjo una gran batalla entre las escuadras de los borbones y de los austrias, los primeros apoyados por Francia y los segundos por Inglaterra. Esta batalla se mantuvo frente a las costas de Málaga, Blas de Lezo en la escuadra borbónica recibió un cañonazo en la pierna izquierda, teniendo que amputarla por debajo de la rodilla, la amputación se realizó sin anestesia y Blas de Lezo según cuentan las crónicas no profirió ni un lamento. Por esta batalla fué ascendido a Alférez de Bajel.

Participó en la defensa de Peníscola y Palermo, apresó y destruyó numerosos navíos enemigos, entre ellos grandes embarcaciones inglesas como el Resolution. Los barcos apresados fueron conducidos a puertos de su tierra natal, entre ellos el de Pasajes.

Fue ascendido a teniente de navío y destinado a Tolón, desde allí combatió en el ataque que a dicha plaza y puerto dio el duque de Saboya, en 1707. Lezo se batió con su habitual valentía en la defensa del castillo de Santa Catalina, perdiendo en esta ocasión el ojo izquierdo.

Con ocasión de los aprovisionamientos al ejército con que Felipe V cercaba por tierra a Barcelona, se dio a Lezo el mando de alguno de los convoyes de municiones y pertrechos de guerra que se le enviaban desde Francia.Sirviéndose de su aguda inteligencia realiza su cometido brillantemente, escapa una y otra vez del cerco que establecen los ingleses para evitar el aprovisionamiento. Para ello deja flotando y ardiendo paja húmeda con el fin crear un densa nube de humo que los protegiera, pero además carga “sus cañones con unos casquetes de armazón delgada con material incendiario dentro, que, al ser disparados prendía fuego a los buques británicos” 1. Los británicos se ven impotentes ante tal despliegue de ingenio


Tras una breve convalecencia es destinado al puerto de Rochefort donde es ascendido a Teniente de Guardacostas en 1707. Allí realizará otra gran gesta rindiendo en 1710, a bordo de la fragata Valeur, una decena de barcos enemigos, el menor de 20 piezas, y sometiendo en un impresionante combate al Stanhope comandado por John Combs que le triplicaba en fuerzas. Se mantuvo un cañoneo mutuo hasta que las maniobras de Lezo dejaron al barco enemigo a distancia de abordaje, momento en el que ordenó lanzaran los garfios para llevarlo a cabo: “Cuando los ingleses vieron aquello entraron en pánico” 2. Al abordaje los españoles casi siempre superaban a sus rivales por tanto está versión no debió diferir demasiado con la realidad pues sino no se explica que saliera victorioso cuando la tripulación de Lezo era notablemente menor que la de Combs. Sea como fuere Blas de Lezo se cubre de gloria en tan fenomenal enfrentamiento, en el que incluso es herido, y es ascendido a Capitán de Fragata.


Participa en las operaciones del segundo ataque a Barcelona, cercada por tierra por el duque de Berwick, teniendo varios enfrentamientos con el enemigo, en uno de los cuales recibió otra herida que le dejó inútil del brazo derecho.

En 1714, también en la escuadra de Andrés del Pez, pasó a Génova para traer a España a la reina doña Isabel de Farnesio; pero, al resolver venir por tierra la reina, regresó la escuadra y se preparó para la expedición de recuperación de Mallorca, que tuvo lugar en 1715, tomando parte en ella el buque de Lezo y seis navíos más, con diez fragatas, dos saetías, seis galeras y dos galeotas; todas estas fuerzas al mando del gobernador general de la Armada Pedro Gutiérrez de los Ríos, conde de Fernán Núñez. Apenas desembarcaron los diez mil hombres, que llevaba la escuadra en los transportes, los mallorquines se sometieron a Felipe V.


En 1716, comandando el navío Lanfranco, se incorporó éste a la escuadra del general Chacón, destinada a recoger la plata y a auxiliar a los galeones perdidos en el canal de Bahama. Poco después, se agregó a dicho navío una escuadra destinada a los mares del Sur, a cargo de los generales Bartolomé de Urdinzu y Juan Nicolás Martínez. Con el Lanfranco iban elConquistador, Triunfante y la Peregrina. Tenían como objetivo la limpieza de corsarios, piratas y de buques extranjeros que, haciendo un comercio ilícito, perjudicaba grandemente a la hacienda española.

Tras de siete años en este servicio, recayó, al fin en Lezo el mando de esas fuerzas navales del mar del Sur, el 16 de febrero de 1723, capturando seis navíos de guerra, por un valor, sólo de su carga, de 3.000.000 de pesos; tres de ellos se agregaron a la Armada Real. Durante este periodo realiza numerosas salidas en las que sostiene combates, limpiando las aguas de Chile y Perú, de corsarios enemigos. Permaneció en los mares del Sur hasta el año 1730, en que fue llamado a España por orden del Rey.

La corte estaba en Sevilla y allí se dirigió Lezo para informarle de todas las vicisitudes de su último mando. Obtuvo la aprobación real y, como recompensa a sus valiosos servicios, fue promovido a jefe de escuadra.

Se mantuvo en el departamento de Cádiz hasta el 3 de noviembre de 1731, en que embarcó en una escuadra de 18 navíos, cinco fragatas y dos avisos, al mando del marqués de Mari, destinada al Mediterráneo, para asistir al infante don Carlos en las dificultades que pudieran surgirle en su toma de posesión de los estados de Italia, a la muerte del duque de Parma, Antonio Farnesio sucedida el 20 de enero de 1731. Existen cartas firmadas por el conde de Santi-Esteban, en que por orden de S. A. Real, se expresa satisfacción que causaron los excelentes servicios del general Lezo.

Habiendo surgido ciertas diferencias con la república de Génova, España estaba resentida por la conducta observada por aquel estado y no de acuerdo con sus procedimientos, el general Lezo, por orden superior, se personó en aquel puerto con seis navíos y exigió como satisfacción, que se hiciesen honores extraordinarios a la bandera real de España y que se restituyeses inmediatamente la plata que se retenía. Mostrando el reloj a los comisionados de la ciudad, que buscaban el modo de eludir la cuestión, fijó un plazo, Transcurrido el cual la escuadra rompería el fuego contra la ciudad.

Ante esta decidida actitud se hizo el saludo pedido y se transportaron a bordo los dos millones de pesos fuertes, pertenecientes a España, que tenía guardados el banco de San Jorge. De tal cantidad se envió, por orden del Rey, medio millón para el infante don Carlos y el resto fue remitido a Alicante, para sufragar los gastos de la expedición que se alistaba para la conquista de Orán.




En esta jornada arbolaba su insignia, el general Lezo, en el navío Santiago, ejerciendo las funciones de segundo jefe de la escuadra, mandada por teniente general Francisco Cornejo. Estaba compuesta de doce navíos, dos bombardas, siete galeras de España, dos galeotas de Ibiza y cuatro bergantines guardacostas de Valencia.

El 15 de junio salió la expedición de Alicante para Orán, llegando el 28 ante la plaza; la escuadra escoltaba a una expedición de tropas mandadas por el conde de Montemar, eran veintiséis mil hombres, llevados en 535 buques de transporte, se verificó el desembarco en la cala de Mazalquivir, protegido por el fuego de los buques; José Navarro, entonces capitán de navío, comandante del Castilla, mandaba las embarcaciones menores (como más antiguo capitán); se atacó a Mazalquivir y cuando lo vieron tomado los defensores de Orán, abandonaron la plaza rodeada de murallas y guardada por cinco castillos; una vez ocupada Orán y convenientemente guarnecida, Lezo regresó a Alicante escoltando 120 embarcaciones de transporte.

Terminadas las operaciones sobre la costa africana, se dirigió la escuadra a Cádiz, donde entró el 2 de septiembre de 1732.

Las potencias berberiscas alarmadas con la toma de la plaza de Orán, se coaligaron para reconquistarla, atacándola por tierra y bloqueándola por mar; con este motivo salió Lezo, con los dos navíos que en Cádiz estaban preparados, el Princesa y el Real Familia, a los que se reunieron otros cinco; levantó el bloqueo y metió en la plaza los necesarios socorros, dedicándose después a dispersar a las fuerzas navales enemigas.

Determinó aniquilar a la capitana de Argel, un buque de 60 cañones; lo encontró y empezó a batirlo, pero los argelinos huyeron con fuerza de vela, perseguidos por Lezo, refugiándose en la ensenada de Mostagán, defendida por dos castillos a la entrada y por una fuerza de cuatro mil hombres, que acudió de las montañas vecinas al darse la alarma.

Entró Lezo tras el navío, a pesar de los disparos de los castillos y de los que se le hacían de todas partes y echando al agua lanchas armadas, prendió fuego a la tan bien protegida capitana de Argel. Esta acción de la mayor intrepidez, que no podían esperar los argelinos, les alarmó de tal modo que les hizo pedir socorro a la Sublime Puerta (Constantinopla).


El general Lezo al saberlo, tras reparar ligeramente sus buques, en Alicante, pasó a cruzar desde Galita hasta el cabo Negro y Túnez, a la espera del socorro solicitado, para batirlo. Permaneció en el mar cincuenta días, hasta que una epidemia, ocasionada por la corrupción de los alimentos, le obligó a regresar a España, tocando antes en Cerdeña para hacer nuevos víveres, en la cantidad necesaria para poder llegar a Cádiz.

Tuvo no obstante, que entrar en Málaga donde dejó gran número de enfermos, entre ellos el guardiamarina Jorge Juan, que con tan buen maestro como era Lezo hacía sus primeras armas. También llegó Lezo enfermo de gravedad a Cádiz. El Rey le mostró su aprecio y le recompensó con motivo a los distinguidos servicios prestados le promovió a teniente general el día 6 de junio de 1734.

Ocupó la comandancia general del departamento de Cádiz; en 1735 fue llamado a la corte y, en ella permaneció muy poco tiempo pues él mismo decía "que tan maltrecho cuerpo no era una buena figura para permanecer entre tanto lujo y que su lugar era la cubierta de un buque de guerra; pidió el consiguiente permiso al Rey y éste se lo concedió"ya de regreso en el Puerto de Santa María, el 23 de julio de 1736, fue nombrado comandante general de una flota de ocho galeones y dos registros, que escoltados por los navíos Conquistador y Fuerte habían de despacharse para Tierra Firme.


En el siguiente post se narra la batalla mas heroica de Blas de Lezo y una de las mas importantes batallas de la historia.

Blas de Lezo - La heroica defensa de Cartagena de Indias

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