Después de no dar crédito a la reflexión de Mariló Montero, queríamos dedicar una reflexión a esta persona. Es increíble comprobar que con casi 6 millones de desempleados esta mujer siga cobrando 600 euros por programa.
Lo primero es su absoluta carencia de inteligencia, demostrada en su reflexión y la segunda, fundamental en mi opinión, es la falta de respeto que ha demostrado hacia el colectivo de personas que están a la espera de un trasplante. Todo esto es suficiente para que esta presentadora sea cesada de inmediato.
Y dado que la historia me tocó en primera persona, esto tipo de reflexiones deben de guardarse en el economato, ya que lo principal es respetar a los demás. Las familias de los enfermos, cuya vida depende de la donación de un órgano, creo que habrán sentido la rabia y la indignación en su interior. Y es que si tu vida depende de la donación de un órgano, escuchar esta reflexión y más en un medio público pagado por todos causa una sensación de asco profundo.
Aquí dejo las perlas de esta señora, que espero pronto sea sustituida.
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